Charles
Babbage nació un 26 de diciembre del año 1.791 hacia las afueras de Londres,
Gran Bretaña, en la casa de sus padres Benjamin y Beatriz, banquero y ama de
casa respectivamente, descendientes de dos reconocidas familias de Devonshire, circunstancia
que le vendría de maravilla a Babbage pues el dinero no le faltó e hizo posible
el financiamiento de sus altos estudios y ejecutar sus largas investigaciones,
aunque no por completo. En su niñez, Charles fue un chico muy frágil y propenso
a enfermarse, motivo por el cual sus padres le enviaron al campo por un tiempo
en busca de su recuperación ya que temían por su vida. Para fortuna de su
familia y de todos, el campo funcionaría.
Babbage ingresó en 1.810 al Trinity College, en Cambridge, donde cursó sus estudios de matemáticas y química, los cuales finalizó cuatro años más tarde con las mejores calificaciones de su clase, logrando así obtener un título de licenciado con honores, logro que le permitiera posteriormente ingresar a la maestría en matemáticas de la cual se graduó tres años más tarde. Las malas lenguas dicen que durante su estadía en Cambridge, Babbage se decepcionó al ver que en su universidad seguían vigentes las matemáticas de Newton, a pesar de que este muriera 200 años atrás y que se siguieran trabajando igual, sin evolución alguna, lo que generaría en él gran interés por modificar este sistema e incluir los recientes descubrimientos que se habían llevado a cabo en su época.
Fue así como Babbage se convenció de
la superioridad de sus frescos conocimientos frente a los que eran para él,
obsoletos profesores y fundó la Sociedad Analítica en compañía de dos socios
más, con el objetivo de revivir y actualizar el estudio de las matemáticas en
Gran Bretaña implementando nuevos métodos y descubrimientos con origen en el
Nuevo Continente. Todo esto, sus locos intereses, su preocupación por la
perfección y la necesidad de la actualización constante, lo convirtió en un
gran defensor y crítico de la aplicación de sistemas integrados en la industria
y en el comercio, hasta el punto tal, que se dice que él en una reunión de la
Sociedad Analítica estaba distraído mirando una tabla de logaritmos, así que
alguien se le acerca y le pregunta: “Bien Babbage, ¿en qué sueñas?” a lo que
responde mientras señalaba la tabla: “Creo que todas estas tablas podrían ser
calculadas por una máquina”. Esto para muchos, es lo considerado como el origen
e inspiración de la Máquina Diferencial, proyecto que nunca pudo terminar pero
dejó una propuesta muy clara y concreta, al igual que su aún mejor Máquina
Analítica, la cual es considerada aún como la precursora de los computadores
digitales modernos, pese a que sus máquinas y modelos eran netamente mecánicos,
pero cuyos procesos eran lo suficientemente similares.
En lo que fue su época como
universitario, Babbage conoció a quien se convertiría en su esposa, la señora
Georgiana Whitmore, quien se graduó el mismo año que él y en el cual
contraerían nupcias hacia el 2 de julio del mismo. Tras casarse la pareja
careció de un trabajo fijo por lo que pasaron momentos difíciles, pero no muy
prolongados pues el ingenio de Babbage haría que se convirtiera en miembro de
la Real Sociedad en la cual desempeñó un papel importante como redactor de
artículos de teorías funcionales, a pesar de haber considerado previamente la
opción de ser sacerdote y hasta de inculcar en la minería, ideas que sepultó
rápidamente al ver que no eran muy bien remuneradas.
Babbage prosiguió con su carrera en la
Sociedad Astronómica a la par con la Real Sociedad, pero su postura liberal en
aquella época tan conservadora no le permitió conseguir un puesto fijo como
profesor. Esto no afectaría mucho en lo personal a Babbage, pues en un corto
periodo de tiempo engendraría 8 hijos con su esposa, los cuales quedarían sin
abuelo pero sí con su generosa fortuna, lo que no generaría mucha tristeza en
la numerosa familia. Con lo que no contaba Babbage era con la muerte de su
esposa en el mismo año de la muerte de su padre, y posteriormente con la de 2
de sus hijos, pues él no era del tipo de hombre que prestaba mucha atención a
sus hijos. Por tal motivo, fue la madre de Babbage, la abuela de los niños,
quien se encargaría del cuidado de ellos pero tampoco podría evitar la muerte
de 3 más de sus hijos, lo que devastaría por completo a Babbage e hizo que
emprendiera un largo recorrido por Europa donde reflexionaría sobre la vida, y
sobre todo, a aceptar la condena que se impartió sobre él, la soledad.
Tras esta serie de traspiés en la vida
de Babbage, recobró su intención de inventar y diseñar nuevos modelos y
teorías, dentro de los cuales se destacan el dinamómetro, el oftalmoscopio
heliográfico y el velocímetro, sin mencionar aún lo más importante de su
investigación.
A lo largo de su vida, Babbage
demostró su pasión por el conocimiento también por medio de la escritura, al
publicar cerca de 80 libros y artículos de toda clase de tema, que oscilaban
entre las matemáticas, hasta ramas de intereses menores como lo fueron para él
la teología, la astronomía y la política. Babbage en uno de sus libros relata
165 molestias que encuentra a lo largo de la ciudad, ocasionadas por los
músicos callejeros que en su andar escuchaba, y que lo acompañarían en su
agonía hasta el día de su muerte.
Luego
hacia el año de 1.828 logró tomar un puesto de profesor en la Universidad de
Cambridge en donde dictó la cátedra que en su momento habría dictado Newton,
pero por su misma personalidad desató grandes polémicas. Al mismo tiempo,
estuvo desarrollando el primer prototipo de su máquina diferencial, la cual
tenía capacidad para resolver ecuaciones polinómicas de segundo grado,
financiada en su totalidad por él mismo y el gobierno Británico, ya que era una
máquina de gran tamaño y no era fácil la obtención, o en su defecto, la fabricación
de todas sus piezas.
Pero no contento con esto, años más
tarde empezó a trabajar con su Máquina Analítica, en compañía de Ada Byron,
Condesa de Lovelace, la que actualmente es considerada como la primera
programadora de la historia; la máquina tendría como finalidad la resolución de
todo tipo de problema matemático, el cuál sería introducido en una serie de
tablas, y posteriormente con una serie de instrucciones para ser resuelto y con
posibilidad de observar los resultados con facilidad; este proceso sería
conocido posteriormente como programa, lo más parecido a los programas de
actualidad. La famosa máquina nunca se pudo terminar a pesar de la ayuda
económica de Lovelace y la venta de todas sus joyas, pero años más tarde el
gobierno Británico evaluó el proyecto y decidió llevarlo a cabo, y para
sorpresa de todos en el Parlamento, la máquina funcionó a la perfección, por lo
que Babbage recibió una remuneración económica considerable y además el título
de Barón, el cual rechazó, porque prefirió una mejor pensión vitalicia pero que
tampoco recibió.
Para ojos de muchos un hecho injusto,
pero si ahora lo evaluamos, recibió lo que merecía pues el trabajo de toda su
vida pudo ser terminado y lo pudo ver funcionando, además, lo guarda en la
historia en un puesto privilegiado, como el padre de la computación actual
moderna. Dijo Howard Aiken, miembro de la universidad de Harvard hacia 1.944
que: “Si Babbage hubiera vivido 75 años más tarde, yo estaría fuera de mi
empleo”. Aiken era en su momento el director del proyecto Mark I. Babbage murió
“para fortuna de Aiken” en 1.824, un 24 de octubre, dejando así en su legado el
desarrollo de la computación.
Por eso elegí escribir sobre él en
esta oportunidad, pues me parece de vital importancia hacer justicia con el
lugar que le corresponde en la historia,
pues su nombre ha sido olvidado en los libros de historia y remplazado por
posteriores académicos que, tomaron sus ideas y las terminaron, otros las
reformaron para crear los sistemas que muchos de nosotros usamos hoy en día; así
que la mejor forma de hacer justicia es resaltándolo y agradeciéndole por su
trabajo, siendo conscientes cada vez que usemos un computador que antes de Bill
Gates y otros magnates tecnológicos, hubo alguien que se preocupó y trabajó por
la comodidad y eficacia en nuestros trabajos, pero que lastimosamente no vivió
en la época correcta para vivir y disfrutar de sus ideas, y así mismo, nosotros
personalmente agradecerle.
Además del legado
que nos dejó a todos como sociedad, ahora voy a ser muy puntual con respecto a
la ingeniería industrial, pues creo que es un ejemplo claro de emprendimiento,
al demostrar que innovando en algo tan elemental como las matemáticas, se puede
cambiar el mundo para bien así como lo hizo él, que a pesar de realizar modelos
mecánicos, fueron fundamento y base para la computación actual.
Javier Santiago Picón Delgado.
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